El dolor
El dolor es esa bestia que consume tu energía. Aparece sin forma física y retuerce tus sentimientos, una soga que se encoje a medida que le das vueltas y más vueltas. El dolor en forma de palabra, escrita en cada pensamiento, en la imagen del momento donde sucedió, allí donde todo cayó y germinó en negro infinito toda la luz que habías construido. El dolor es ahora el único valor que se va afianzando en tu interior.
Te miras las manos y no las ves diferentes, sientes tus pies cuando caminas e incluso escuchas los sonidos que te llegan, pero sobreimpreso a todos los momentos está el verdadero dolor. Puedes aparentar el exterior, sin que el resto del mundo lo note, mientras que por dentro te vas haciendo más y más pequeño. La oscuridad sigue avanzando y tú, consciente, vas cediendo terreno.
El dolor es una droga. Caes en sus garras por propia voluntad, sucumbes y no te mueves. Te dejas hacer sin esperanza, sin ganas de encontrar futuro. Sólo existe esa droga de fácil adquisición, se retroalimenta en tu interior, llena cada gota de tus venas, cada impulso eléctrico infectado, llegando a contagiar con pesadumbre todo lo que a su alcance llega. Un veneno que la propia mente a modo de defensa te va suministrando.
Todo lo que fue, es dolor, todo lo que esperas, más dolor. En la oscuridad no necesitas los sentidos, no necesitas el tiempo, apenas quieres el espacio. En la oscuridad del dolor sólo estás tu con el vacío, un vacío lleno de ponzoñoso dolor, infectando cada uno de los pensamientos, una lenta muerte recreando una y mil veces el pasado.
Ya no importa donde brotó la sangre. Ya no importa quién fue el primero en salir herido, el dolor es algo propio, algo egoísta, llámalo derrota o victoria ajena, pero una vez que te toca, por mucho que corras, por mucho que huyas, está ahí con el único fin de ir consumiendo tu autoestima. Un dolor que no se puede arrancar, vayas donde vayas, él llega primero, para anteponer un fino velo de amargura. Todo bajo el filtro de su dominio, todo rodeado de una tristeza oscura.
El dolor es esa bestia que vas alimentando con el tiempo y una vez suelta, con sus garras en tu piel, con sus dientes en tu corazón, no aprieta sino hiende, carne y sentimientos. Cada cual soporta su dolor. Este es el mío, nublando mi razón."
Publicado en 2015-04-21-15-45
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