Dulce Sangre

La pelea ha comenzando. Ha sido inevitable. Una discusión absurda, unas hormonas desbocadas y un olor a alcohol han hecho el resto. Allí donde la testosterona manda el cuerpo simplemente calla. Imbécil y cobarde, he actuado como se pretendía, he mostrado un orgullo que no es mío y después de escapar corriendo soy rata atrapada a punto de sufrir la peor de las palizas, merecida tal vez, pero sin lugar a dudas provocada y esperada.

En un momento todo termina, soy rata convulsionando en el suelo, con lágrimas rasgando mi cara, ensangrentada, magullado y tal vez con algo roto. Los veo alejarse, con risas, valientes bastardos reniego mientras escupo sangre. Me duele el estómago de las patadas, humillado, destruido por completo, es lo que buscaba.

Sonrío y recojo lo único que ahora queda de mí, en este saco de huesos. Soy dolor, puro dolor. Desde los huevos hasta el cerebro, punzante, me hace tambalear y caído de rodillas apenas puedo respirar. Me limpio con las mangas, lo intento de nuevo. Dolor. Puro dolor, ciega el resto de mis sentidos. Lo saboreo. Imbécil, me llamó y grito en la poca fuerza que me queda.

De nuevo en suelo, en un charco de mi propia sangre y agua putrefacta, cierro los ojos y respiro con pocas fuerzas."


Publicado en 2010-03-01-12-00

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