Gotas de sangre
Veo como la gota de sangre cae directa al suelo. Un paso atrás del delito. Choca y deja una huella característica en la loceta, pequeñas minigotas son parte de mi vida. Eran parte de lo que soy y ahora es muerte consumada en la cocina. Veo el filo del cuchillo que ha sesgado parte de la carne, apenas tiene un hilo rojo, resaltando el plateado de su filo. Una punzada reclama la atención del dedo herido, sangrante y palpitando dolor.
Miro el corte claro, de nuevo lleno de sangre que resbala por la piel abierta, otra gota sigue pronta el camino de la primera, quiere yacer a su lado inerte en el suelo, pero antes de que cumpla su propósito la recojo con otro dedo con un nuevo pigmento en el rosado de la carne y el blanco del miedo. Miro como se esparce por las estrías de mi piel, intentando fugarse de su secuestrador. Con fuerza aprieto la herida, quiero ver como se escapa otra gota, apretando los dientes para contener el dolor que estoy sintiendo, experimentando con esa nueva sensación.
Debo curarlo pienso, pero la curiosidad me supera. Lo dejo todo por completo y observo, quiero ver como va sangrando hasta el punto donde el cuerpo diga basta y cierre por si sola. Quiero ver como coagula. Me siento, pongo un foco para verlo mas claro y un folio entre la mesa y el dedo. Aprieto un poco para ver como fluye y espero, primero llega el dolor, una punzada intensa y luego por fin la acumulación de la gota deja impregnado el papel.
Aprendiendo, como es esencial cada una de esas gotas que ahora dejo escapar. Mi vida se reduce a un rojo intenso que explota mientras lo observo."
Publicado en 2010-02-17-10-01
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