Historia de un caballero
Y aquí estoy, delante de este dragón, calado de miedo hasta los hueso, sin poder mover un músculo en esta estúpida aventura que no recuerdo como he aceptado. Ah! Si, ya recuerdo, me prometían tesoros y tierras, las mismas que le prometieron a todos esos esqueletos que alfombraban ahora el camino y como olvidarme, el favor de la princesa!. Por dios que fea es! Ya estamos! otra blasfemia, cuando regrese al castillo tendré que confesarme. Estúpido de mi, si voy a morir! Parece que este dragón no tiene limite en su colección de calaveras.
Creo que estaba borracho, muy borracho para aceptar esta cruzada, todo era bebida y carne de doncella. Si, así me sedujeron, entre pecados y riquezas. Recuerdo sus besos, sus carnes, sus pechos, el alcohol remojado en esas tentaciones pecaminosas y una bravuconeria por mi parte, en alarde alcoholizado. Ahora lo pienso y me arrepiento, no de los placeres obtenidos si no de la promesa de salvar a su princesa.
Quien me mandara a mi ponerme una coraza que robe a un difunto caballero, seguro que muerto en alguna noble hazaña, pero se adelantaron y le robaron primero su saca. Quien me mandaría aparentar que soy dueño de un castillo, con el único peligro de la soga al ser descubierto y ahora futura merienda de este dragón, que me mira como si no hubiese visto nunca un manjar con patas. Eso es lo que soy, primer plato a solo un mordisco de mi destino.
- “Por dios, cómeme ya! le grito! Para eso me han enviado! tienes suerte que no domino la espada, así te he privado de un rato de diversión! Si! Esa es mi victoria, soy un plato aburrido, en los hueso, cargado de hojalata, Ojala te atragantes con mi alma.”
Ruge el dragón, lanzando una ola de fuego. Por encima de mi cabeza la veo pasar. Me acuclillo y busco unas lagrimas que por miedo igualmente no aparecen, las maldigo por impropias, rezo lo poco que me se a cualquier dios que quiera escucharme, ojalá hubiese ido a misa como decía mi madre y de nuevo vuelvo a gritarle. “Aaaaaarrggghhh”... a ver quien da mas miedo si la planta que tu tienes o la inconsciencia por mi parte.
Veo a mi izquierda un agujero, esta apenas a dos saltos de donde estoy, tal vez si corro lo suficiente podré protegerme y salvar la poca vida que me queda. Cojo aliento, reúno fuerzas , miro al dragón que se abalanza para comerme.
- “Por mi vida!”
Y esta es la historia del caballero, que quiso enfrentarse al último de los dragones, saltó al pozo para protegerse de la bestia que quería comérselo y cayó a las entrañas de la madre tierra, dónde los ríos de lava purgaron su alma.
Publicado en 2010-01-27-11-01
Referencia: pivot/00272.php