He sido suciamente manipulado

Esta tarde, de regreso a Barcelona, estaba yo dispuesto a dormir en mi asiento de ventanilla, todo esta dispuesto: asientos amplios, solecito por la ventanilla y una morenaza que se sienta en el asiento del pasillo. Pero eso no me iba a distraer, estábamos en una fila de tres y tres asientos(ABC-DEF), yo en la ventanilla y ella en el pasillo, quedaba el asiento del medio vacio. Seguro que se sienta alguna viejecita para incordiar. Así que decido pasar de mi testosterona y echar esa tan deseada cabezacita apoyándome contra la ventanilla. No sé cuanto tiempo después despierto, captain speaking me saca de mis profundidad diciendo que están apunto de despegar. Maldición ya me han despertado y apenas hemos alzado el vuelo.

Miro a mi derecha y el asiento del medio sigue libre, la chica está leyendo la prensa, mientras ella se distrae con las letras, yo me distraigo con ella. No es tanta morenaza como creía, pero atrae las risas y las miradas de soslayo de los ocupantes de delante, tres chicos jóvenes. La chica es normalita, pantalón ajustado, camiseta de punto con gran escote... un momento, ese escote es demasiado grande y en la posición en la cuál se encuentra veo algo más que el color carne del noventa por cierto de su cuerpo. Algo más rosado asuma, un poco de la aureola del pezón.

No, no puede ser, mejor sigo durmiendo antes que ganarme alguna bofetada. Vuelvo a reposar la cabeza en la ventana, el calorcito del sol, el movimiento del avión, siento como vuelve el sueño... ven a mi... ven... de repente los pantalones me vibran... una alarma en la Palm... antes de que venga la aeromoza, saco la Palm y le doy aceptar, la chica me mira por un instante y vuelve a su periódico. Los chicos de delante continúan alzando la cabeza. Su escote continua del mismo tamaño y esa parte más rosada continua allí a la vista. Regreso a mi sueño, es mucho más importante.

El impacto de las ruedas contra el asfalto me despierta, por fin en Barcelona, diez minutos más y estamos desembarcando. Ella sale primero, descarga una minimaleta del porta equipajes, recoge el periódico, se inclina para recoger el bolso, el tiempo justo como para darme cuenta de que no lleva bra, para verlo completamente todo a menos de metro y medio. Por unos segundos soy dueño de su intimidad.

Analizándolo después, descubro que el tamaño de su pecho es ideal a la flexibilidad de la ropa que lleva, pues no es lo suficientemente grande como para que quede aprisionado por la ropa y le de el margen de movimiento en las inclinaciones. Ni es tan pequeño como para que su ropa aparente que sea tres tallas más grandes. ¿ estará a propósito ? ¿ habré sido víctima de un plan maléfico preconcebido por esa chica ? Ya no me siento observador, sino observado, verle los pecho a esa chica me hace pensar que he sido manipulado por ella y sólo he sido un juguete en el juego de la sensualidad. ¿ Cuantos más caerán en sus garras ?


Publicado en 2006-05-12-00-50

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