Es duro ser Hijo.

Lucca ya lleva dos semanas entre nosotros y la verdad sea dicha: es duro ser Padre. Aunque pensándolo mejor tal vez sea más duro ser Madre, por todo el trajín que se lleva día y noche, con tan sólo unas horas para descansar y ya no digo lo duro que debe ser hijo, sin palabras para decir lo que te pasa y pasando de brazo en brazo.La vida de recién nacido parece la más sencilla del mundo, sólo tiene que preocuparse de tres funciones básicas: dormir, comer y cagar. El resto es un proceso automático que aunque pueda resultar doloroso los primeros días, con el tiempo pasan al subconsciente traumático, de esos que tanto les gusta analizar a los psicólogos.

Además, al depender totalmente de entidades externas, entiéndase tutores biológicos o legales, la necesidad de comunicarse con ellos para transmitir lo que desean en cada momento se realiza de una única y muy peculiar forma: el llanto. Un llanto que puede ser enternecedor a las cuatro de la tarde, cansado a las nueve de la noche o desesperante a las tres de la madrugada. Una comunicación que poco a poco los tutores van captando y los convierte en sus esclavos y sirvientes.

Llanto, comida. Llanto, caca. Llanto, estoy aburrido. Llanto, tengo sueño. Gracias a esta peculiar forma de comunicación, mis vecinos a los cuales ni conozco ni me trato, salvo por algún calcetín que se les cae de sus tendederos y va a caer a mi patio, han descubierto que hemos tenido un hijo e igual que nosotros lo han descubierto a las cuatro de la tarde, a las nueve de la noche e incluso a las tres de la madrugada.

Lo increíble es que los tutores adquieren un nuevo lenguaje que va mucho más allá de lo que dicta las estrictas normas de la R.A.E. y se incorporan palabras nuevas a cuál más estúpida como: GAGA, GUGU, BRRRRRR (nótese la ausencia de vocales en esta última) y como si de un cuento de disney se tratase comenzamos a cantar ridículas canciones infantiles que nosotros mismos inventamos al paso, ríanse de la moda del Karaoke.

Lo malo de ser bebé es que te transformas en una moneda económica y vas pasando de brazo en brazo para escuchar todas esas nuevas palabras, para que te digan que te pareces al padre, a la madre o al butanero, todo el mundo quiere meter mano a tus pañales y besarte por todos lados por que dicen que estas para comerte, la próxima vez, que vengan con el estómago lleno, por favor.

Si es duro ser Padre o Madre, deberíamos escuchar lo que el recién nacido nos tiene que decir.


Publicado en 2005-05-21-23-44

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