Muela

Hoy he perdido una parte de mi, no ha sido doloroso, al menos en la parte física (aún), no obstante si que ha sido doloroso para mi tarjeta VISA, cinco minutos de espera en la consulta y quince en la silla y una muela del juicio final menos.Todo comenzó hace dos semanas, cuando notaba unas ligeras molestias en mis dientes, ya se sabe: dolor al frio y al calor, no puede ser nada bueno. La cosa quedó ahí. No obstante esta semana, un dolor muy fuerte me despertó a las cuatro de la madrugada. Una de mis muelas gritaba en pleno sueño, levantándome de la cama y en buscas y captura de uno de esos espejos que utiliza mi mujer para maquillarse me descubrí entre vaho y vaho una nueva muela aposentada en mi mandíbula y con la punta negra. CARIES.
Así que después de dos días de dolor y de consultar a mi mujer y a mis amigos sobre sus propias experiencias al respecto, voy al doctor para que me la extraigan. Mientras escribo estas lineas aún me dura la anestesia. Me han puesto ración doble de anestesia, cantidad suficiente para dormir a un Toro (uno que es macho), pues parece que la primera inyección no ha sido suficiente o el buen doc no ha acertado a colocarla en el sitio correspondiente.
Después, sin probar Tequila, ha comenzado a estirar y a estirar y a estirar, eso si, con una tenazas pequeñas, de esas que se utilizan para sacar los dientes de leche según le ha dicho a la enfermera. Mi orgullo por los suelos. Después de un tira y afloja entre mi mandíbula y las tenazas, la muela ha salido. Adiós. Ni me ha dejado despedirme de ella. Ha desaparecido de mi vida, después de tanto tiempo, tan sólo una factura para demostrar nuestro odio-amor.
Y sigo aquí, sin gasa en el agujero, rezando para que no se vaya la anestesia.
Publicado en 2005-04-22-17-23
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