Zapatos nuevos.

Qué bonito es empezar el día con zapatos nuevos. Con su olorcito a nuevo, con sus cordones y sus flecos aún dentro del plástico, limpios y relucientes... Pero que triste es llegar a casa y entrar por el portal de la escalera con los zapatos en la mano, cual intruso por culpa de dos yagas recién creadas en el lado interno de cada pie. Bien es cierto eso que dicen que hay que sufrir para estar guapo.
Publicado en 2004-12-20-20-55
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