¿ Gratis ?

Gratis, sin cargo alguno, sin compromiso, regalado, premio... La suerte me acompaña, sin salir de casa y sin moverme del sillón, hoy en día la suerte está tecnológicamente actualizada hasta la saciedad y es capaz de llenarnos de ilusiones como de robarnos las monedas. Quién se puede negar a hacer el mínimo esfuerzo.

Hoy ha sonado el teléfono, era tarde y normalmente a dicha hora no suele llamar nadie, los familiares más allegados llaman a horas puntualmente concertadas, es decir justo en el momento donde le vas a incar el diente a algún alimento y/o estas completamente acomodado en tu receptáculo, indiferentemente sea silla o sillón y/o estas en esos sitios donde el tiempo se paraliza y sólo es interrumpido por algún trueno o brisa de dudoso olor. ¿ Quién llamará a estas horas ?

Una voz femenina al otro lado de la línea me saludaba la tarde y preguntaba por el propietario de la línea, dando correctamente el nombre del mismo, osea el que escribe. Yo ya dudo si mentir y colgar o seguir el cuento. Opto por el segundo paso, siempre es más divertido. La mujer se alegra y comienza a contarme/leer lo afortunado que soy, pues he sido seleccionado de una gran lista de las páginas blancas (je! aquí no dicen base de datos para no entrar en conflicto con la LOPD 15/1999 que especifica claramente el derecho de acceso a dichos datos, pero al ser un documento en papel ya se jodió el asunto) y he sido premiado con un fabuloso regalo.

El regalo en si carece de importancia, pero para los morbosos decirles que no era más que unos libros que escribió alguien que no recuerdo, encuadernados con vete_tu_a_saber y que eran de edición muy limitada. ¿ Quién dijo que la cultura no era gratis ? Me sentía como en el Un, Dos, Tres cuando Mayra Gomez Kemp continuaba leyendo la dichosa targetita. La recepción de los libros no tenía ningún coste para mi bolsillo (estaba en pijama, dudo que me quitasen algo) y además me lo traían a casa completamente gratis, nos obstante (pero a la vista!!!) debía desembolsar una mínima y ridícula cantidad al mensajero como cargos del desplazamiento, aquí es cuando uno se pregunta que es lo que pasó con lo de "sin cargo alguno". La cantidad era mísera, por que según la amable señorita el precio de los libros en el mercado rondaba los 54€ y yo sólo tenía que pagar unos ocho euros de nada. Las palabras: "sin compromiso", "gratis" y "sin coste" salieron más que los aciertos de sexo en el google.

Era realmente una tentación, pero mi paranoia personal me obligaba a rechazar dicho """"""""""regalo"""""""""" ¿ Que se escondería tras el pago del mensajero y la firma del mismo ? Algunos estarán pensando que me podía haber quedado con los libros, pero ese hecho implica un acto de presencia física para la recogida, es decir un horario de estar en caso y una forma de localizarme con facilidad, existen otras formas de localizarme y son mucho más sencillas. Así que le di las gracias a la señorita y con un amable NO me despedí, mientras colgaba aún pude escuchar: "pero si no tiene coste alguno para ust...".

Libros... ¿ Quién regala libros ? Me han regalado apartamentos en no_se_donde siempre y cuando llamara en los siguientes diez minutos a un 906/806, siempre era una máquina la que llamaba y esta no duraba más de veinte segundos (cronometrado!). Pero a quién quieren engañar, los libros aunque sean un bien más minoritario no son tan suculentos como los grandes regalos, tal vez el anzuelo de ser algo pequeño atrae al pececillo que no ve el cartucho de dinamita que están a punto de tirarle. Para gratis la lectura del periódico del co-viajero del metro, las escaleras mecánicas de las grandes superficies e incluso preguntarle a un desconocido si tiene hora. Pero que alguien te llame a tu casa para regalarte algo...


Publicado en 2004-10-30-00-15

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